Turismo Sol y Playa

Costa del Sol

Sol y playas son, sin duda, la marca de identidad que ha convertido a las costas malagueñas en el destino ideal para más de ocho millones de turistas que acuden cada año a este privilegiado enclave del sur de Andalucía. Atraídos por su clima de excepción (la temperatura media anual ronda los 18 grados), los visitantes de la Costa del Sol acaban seducidos por el atractivo de sus bellas localidades, muchas de ellas con calas solitarias, kilómetros de arena limpia, parajes naturales sorprendentes y un mar ideal para el baño y la práctica de los deportes náuticos.

Cualquier rincón del litoral de Málaga es ideal para disfrutar del buen tiempo, de la tranquilidad y la frescura de sus calles y plazas, de la cordialidad de sus gentes y del sabor a mar del mejor pescado que, en sus preparaciones más diversas, es el ingrediente esencial de una gastronomía ligera y exquisita.

Pero también el ocio, la vida lúdica y el lujo brillan con luz propia en la Costa del Sol, donde localidades como Málaga, Torremolinos, Benalmádena, Marbella, Mijas o Estepona son importantes núcleos de actividad comercial, cultural y de negocios; además de cita habitual para muchos y conocidos representantes de la alta sociedad internacional. Casinos, conciertos, museos, fiestas, teatros y parques acuáticos y de atracciones forman parte de la oferta de ocio habitual durante el día. Y, por la noche, la diversión continúa cuando los pubs, discotecas y salas de fiesta abren sus puertas.

Las condiciones naturales de la Costa del Sol son también el mejor aliciente para practicar los más variados deportes y convivir con la naturaleza. Pero si algo domina en Málaga es el golf. La Costa del Sol es un lugar de peregrinaje obligado para miles de aficionados. Hay cerca de medio centenar de campos concentrados en pocos kilómetros, en poblaciones como Marbella, Málaga, Estepona, Guadiaro, San Pedro de Alcántara, Alhaurín de la Torre, Artola, Mijas y Puerto Banús.

Mallorca y Las Baleares

Mallorca , una isla con casi 80 kilómetros de distancia de un extremo a otro, sobresale por su diversidad. A lo largo de sus 550 kilómetros de costa encontrará algunas de las calas y arenales más hermosos del Mediterráneo: playas blancas dotadas de todos los servicios conviven con diminutas ensenadas que surgen entre pinares y acantilados en el norte. Sus aguas claras y limpias son ideales para el baño y para la práctica de actividades náuticas como el submarinismo, el esquí acuático, el windsurf, la pesca, la vela e incluso el surf. En cualquier caso, no son los únicos deportes que se practican aquí: el golf cuenta con un protagonismo muy especial. Existen numerosos campos, de cuidado diseño, perfectamente integrados en el entorno, y adaptados a todos los niveles.

Y es que la naturaleza ocupa un l ugar destacado. Cerca del 40 por ciento del territorio mallorquín está protegido, y su paisaje está muy marcado por los contrastes: grutas, pinares, salinas, montes verdes, sierras salvajes… De entre sus espacios naturales sobresale la Sierra de Tramuntana, al norte, con picos que superan los 1.400 metros de altitud. Es junto a esta serranía donde se sitúan algunos de los pueblos más pintorescos de Mallorca, como Deià, Pollença o Valldemossa, cuya particular atmósfera ha cautivado a artistas desde hace siglos. Otra excursión muy recomendable es la visita al Parque Nacional Marítimo y Terrestre de Cabrera, un conjunto de islas e islotes situados a poco más de una hora de navegación desde Mallorca.

Mallorca está excelentemente comunicada por vía marítima y aérea. En su aeropuerto internacional de Son Sant Joan, situado a ocho kilómetros de Palma operan compañías aéreas de numerosos países. Asimismo, está unida con el resto del archipiélago y con la península mediante barcos y líneas regulares de ferry que parten desde los puertos de Palma y Alcúdia. Esta buena comunicación permite la posibilidad de hacer una escapada desde Mallorca a otras islas de Baleares como Ibiza y Menorca, con viaje de ida y vuelta en el día.

Costa Brava

Entre abruptos acantilados, bosques de pinos, calas recónditas y playas de ensueño, se extiende una de las zonas más pintorescas de España: la Costa Brava. Una tierra de mar, luz, tramontana y pescadores. Historia y arte en forma de yacimientos arqueológicos, monasterios, iglesias, puentes, conjuntos monumentales, fiestas y celebraciones centenarias que dotan de una personalidad propia a este enclave, de más de 200 kilómetros de extensión, situado al norte de Cataluña, en la provincia de Girona.

Gracias a su excelente clima, este punto del litoral catalán es uno de los destinos más demandados por turistas de todo el mundo desde hace décadas, y disfruta de una inmensa actividad cultural durante todo el año. Los conciertos, festivales y las celebraciones populares llenan los pueblos de música, colorido y alegría. Le invitamos a saborear un cremat de ron mientras escucha las habaneras, canciones tradicionales que recuerdan viajes marineros de épocas pasadas, en las noches veraniegas de Calella de Palafrugell; a trasladarse a épocas medievales en Verges y contemplar la sobrecogedora Dança de la Mort (Danza de la Muerte); le proponemos que se asombre con el espectacular concurso de fuegos artificiales de Blanes, uno de los más importantes del mundo; o bien a acercarse hasta el incomparable Castillo de Peralada durante el prestigioso festival de música, de fama internacional.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *