Andalucía está asociada a una imagen que ha calado en el imaginario popular: la de esas pequeñas poblaciones de casas encaladas de blanco desperdigadas por la sierra.
Son muchas las zonas en las que se puede gozar de este tipo de postales en toda la comunidad autónoma. De todas ellas, la ruta de los pueblos blancos de Cádiz es la que más tiene que ofrecer al turista.
Una combinación de turismo rural, gastronomía, contacto con la naturaleza, cultura e historia se dan la mano en este territorio que logra que los visitantes olviden el reloj y el calendario y se centren en disfrutar.
¿Por qué son tan conocidos? ¿Cuántos municipios de Cádiz componen la ruta de pueblos blancos? ¿Cuántos días son necesarios para disfrutar este trayecto con calma? ¿Y cuál es el mejor itinerario?
Repasamos todo lo que hay que saber sobre esta opción turística cada vez más popular para quienes optan por el turismo nacional y para aquellos que vienen de fuera buscando algo más que sol y playa.
Por qué son tan conocidos los pueblos blancos de Cádiz
Cádiz es muy famosa, sobre todo, por el mar. Sin embargo, la zona montañosa que da la espalda al Atlántico y al Mediterráneo cuenta con uno de los recorridos turísticos más apreciados por los españoles que prefieren las opciones e interior: la ruta de los pueblos blancos.
¿Por qué son tan conocidos? Hay algo más allá de la belleza de los parajes salpicados por las pequeñas casitas blancas, en la ruta de los pueblos blancos de Cádiz. En ellos persiste un aroma a la época de la conquista árabe de la península, a la etapa en la que los bandoleros reinaban a sus anchas, a cante y baile flamencos… Como si toda la cultura de Andalucía se hubiera condensado en un único territorio en forma de elixir para el turista.
En la actualidad son 19 las localidades que forman parte de esta gran familia de los pueblos blancos. Y hay muchas opciones de trayecto que pasan por todos o varios de los pueblos más genuinos de la veintena. De esta manera, los viajeros que quieren conocer la zona pueden diseñar su propio plan de viaje y adaptarlo a los días de los que disponen, las ganas de hacer kilómetros por jornada, etc.
En la lista de pueblos blancos de Cádiz destacan municipios como Vejer de la frontera, Arcos de la frontera, El Bosque, Grazalema, Zahara de la sierra o Setenil de las bodegas.
Cuántos días necesitas para visitar los pueblos blancos
Diecinueve municipios parecen muchos para ver en un único viaje. Sin embargo, muchos de ellos ofrecen tan solo un agradable paseo, por lo que es posible unir cuatro o cinco de ellos en cada jornada de viaje. Y siempre está la opción de centrarse en los más importantes, distintos y curiosos para vivir una experiencia más relajada.
Lo habitual es dedicar tres o cuatro jornadas completas a este plan turístico y optar por el coche como medio de transporte.
De esta manera, se goza de libertad total para alargar los días, parar tanto como se quiera en cualquier punto e incluso modificar los planes sobre la marcha si se encuentra un pequeño restaurante en el que apetece comer o una iglesia nueva que visitar.
La mejor ruta para visitar los pueblos blancos de Cádiz
La mejor forma de conocer los pueblos blancos de Cádiz es en una ruta que no implique muchos desvíos o ir hacia delante o hacia atrás con el coche para evitar perder el tiempo. En ese sentido, la mayoría de turistas opta por viajar desde el sur hacia el norte, comenzando por Vejer de la Frontera y dando por finalizada la experiencia en Setenil de las Bodegas.
Vejer de la frontera
Es uno de los pueblos blancos de Cádiz más bonitos. Está situado a tan solo ocho kilómetros de la costa, por lo que nos parece una opción más que interesante para dedicarle un par de días antes de iniciar la ruta y tomar fuerzas en la playa.
El pueblo en sí está construido sobre la ladera de una montaña, así que las vistas son increíbles: desde lejos parece una cascada de piedra de un blanco inmaculado donde se ven decenas de aperturas cuadradas en forma de ventana.
Con un pasado que data de la época fenicia, por Vejer de la frontera han pasado hasta cinco civilizaciones distintas, que han dejado su impronta en un municipio que cuenta con 13.000 habitantes.
Imprescindibles resultan la iglesia del Divino Salvador, cuyos muros se levantaron sobre una mezquita musulmana, y los patios llenos de macetas con coloridas flores junto a la muralla. A esto hay que sumar el castillo de Vejer, una fortaleza con más de die siglos de historia que corona la localidad y la “vigila” desde su punto más alto.
Arcos de la frontera
A apenas una hora en coche en dirección norte se encuentra Arcos de la frontera. Este pequeño municipio se alza sobre un escarpado risco y poco a poco desciende hasta la ribera del río Guadalete. Se genera así una peculiar imagen en la que la mano del hombre se funde con la naturaleza.
Famosa por su Semana Santa –muchos viajeros eligen estas fechas para iniciar la ruta por los pueblos blancos–, esta ciudad es la más grande de los 19 municipios, con más de 30.000 habitantes.
¿Qué ver sí o sí en esta localidad? La curiosa basílica de Santa María de la Asunción, declarada Monumento Nacional en 1931 y de estilo mudéjar; el castillo ducal, del siglo XI y perfectamente conservado, o la impresionante iglesia de San Pedro, cuya fachada principal ya merece el paseo por las intrincadas callejuelas de Arcos de la Frontera.
Además, el pueblecito cuenta, por su altura, con algunos miradores impresionantes desde los que disfrutar de unas vistas maravillosas. Los vecinos de la localidad siempre recomiendan el Mirador de Peña Vieja y el de Abades.
El Bosque
La tercera parada de nuestra ruta toma dirección al este por la A-372. Tan solo 29 kilómetros separan Arcos de la frontera de El Bosque, una de las “perlas” naturales de toda Andalucía.
Situado en plena sierra de Grazalema, El Bosque permite que el visitante conozca de primera mano toda la impronta que el mundo árabe dejó en esa zona de la península.
El municipio se encuentra rodeado de naturaleza por estar dentro del Parque Natural de Grazalema y de Los Alcornocales, nos parece un punto perfecto para hacer noche e incluso descansar un par de días debido a su oferta de alojamientos rurales y a las opciones de ocio deportivo que hay a su alrededor.
No se puede dejar El Bosque sin internarse en sus rutas de senderismo, llenas de cascadas, manantiales, pequeños bosques y una fauna rica en cérvidos y aves rapaces… Una pasada para quienes aman respirar naturaleza pura.
Grazalema
Más al este, a otros treinta minutos y tan solo 30 kilómetros, está la siguiente parada del planning: Grazalema.
En el corazón del parque natural de la sierra se encuentra esta localidad donde el blanco de las fachadas contrasta más intensamente con el verde del entorno y el colorido de los geranios que cuelgan de los balcones.
Su plaza de España, pequeña y coqueta, evoca a todo lo que tiene que ver con la zona rural de Andalucía y es un espacio central en cualquier visita.
A esto hay que sumar los miradores como el de El Tajo, que ofrece una panorámica absoluta del pueblecito. O la impresionante calzada medieval, que bordea el río Guadalete y que resulta toda una experiencia.
Suele ser un destino de paso, que se puede visitar fácilmente en una media jornada; muchos viajeros planten eso para pasar de El Bosque a Zahara de la sierra y hace noche este último municipio antes de encarar el último tramo de la aventura rural.
Zahara de la sierra
Por la carretera nacional CA-9104 en dirección norte se llega de Grazalema a Zahara de la sierra. ¿Qué va a encontrar aquí el viajero apasionado por los pueblos blancos de Cádiz?
Lo primero es darse de bruces con un entorno ligeramente distinto. Este pequeño poblado crece a orillas de un gran embalse y alrededor de una colina donde se conserva una pequeña fortaleza.
Pasear por las calles empedradas e intrincadas a través de casitas y caserones de paredes blancas ya es suficiente para disfrutar del municipio, que también cuenta con varios miradores y otros puntos de interés como la capilla de San Juan de Letrán.
Los amantes del deporte y la aventura también tienen en este municipio un lugar idílico para practicar kayak, ya que el embalse es perfecto para ello. Por otro lado, quienes quieran conocer mejor su historia pueden ir al centro de interpretación de la Villa Medieval, que está perfectamente preparado para ofrecer la más interesante documentación de la zona.
Setenil de las bodegas
La ruta de los pueblos blancos que proponemos acaba en Setenil de las Bodegas. El municipio, de apenas 2.500 habitantes, se sitúa en la vertiente este de la comunidad gaditana y es uno de los más conocidos de todo el país.
¿A qué se debe esa fama? Principalmente, a las calles cuyas casas han crecido al abrigo de la roca. Tanto es así que las llamadas casas enclavadas cuentan con un “techo” natural por la buena utilización de los abrigos de las cadenas montañosas. Todo un espectáculo, sobre todo si se encuentra mesa en algunas de las terrazas de la zona para tomar un picoteo.
Pero hay mucho más: iglesias, pequeñas plazas, callejuelas por donde perderse siguiendo el aroma de las flores que los vecinos sacan a los balcones y miradores como el de Evelyn o del de Lizón, que son especialmente bonitos para hacer la foto que ponga punto y final a esta ruta por los pueblos blancos de Cádiz más bonitos que incluir en una ruta.