Ribadesella es uno de los pueblos y concejos más conocidos en el Principado de Asturias, el territorio donde desemboca el Sella y que está ligado históricamente al piragüismo, los indianos y la buena gastronomía. Quédate con nosotros para descubrir qué ver en Ribadesella y recuerda que es uno de los 10 lugares del oriente de Asturias que tienes que ver sí o sí.
10 lugares imprescindibles que ver en Ribadesella
El término Ribadesella da nombre a la parroquia capital del concejo y al propio concejo. Sus atractivos, por tanto, van desde el propio pueblo a otros espacios cercanos en los que profundizaremos más adelante. De momento nos quedamos con la cabeza de concejo, Ribadesella, y qué ver en su núcleo urbano.
Paseo de los Vencedores y orilla del Sella
La mejor forma de adentrarse en el pueblo es dejar el coche en la estación de autobuses, a la entrada de Ribadesella, recorrer el Paseo de los Vencedores, que discurre a orillas del Sella y llega hasta el famoso puente donde finaliza el descenso.
En esta caminata, de apenas 10 minutos, puedes observar vistas a la ría y a la otra orilla, y al final del paseo descubrirás la escultura que rinde homenaje en Ribadesella al descenso del Sella, que es la principal fiesta del concejo y una de las más populares en toda Asturias.
Barrio del Portiellu
El del Portiellu es el barrio más antiguo y el que dio lugar a la parroquia, por tanto, es uno de esos lugares imprescindibles que ver en Ribadesella en un día. Este espacio urbano está localizado en uno de los extremos del casco antiguo y todavía hoy conserva su espíritu marinero.
Sus estrechas callejuelas, como Oscura e Intante, son toda una sorpresa para los visitantes, que no esperan encontrar allí casas de aspecto señorial y residencias muy coloridas con fachadas muy cuidadas.
La Escalera de Colores
No abandonamos el Portiellu para hablarte de la Escalera de Colores. Este lugar conecta la calle Trasmarina con la avenida Villar y Valle, y lo curioso es que para llegar de un lugar a otro hay que ascender o descender 54 escalones pintados de todos los colores.
Vecinos y personalidades del concejo han hecho esta obra de arte. Cada escalón cuenta con frases que inspiran esperanza, emoción y buenos deseos. En algunos de ellos se pueden leer frases de Van Gogh o de Camilo José Cela.
Mirador de la Cuesta
Desde Trasmarina hasta Villar y Valle, es decir, ascendiendo la Escalera de Colores, se llega también al Mirador de la Cuesta o simplemente el Mirador. Se trata de una de las atalayas más importantes de Ribadesella.
Este enclave es perfecto para divisar los tejados rojizos del centro histórico, las torres de la iglesia parroquial, el puerto de Ribadesella más al fondo y perder la vista en el Cantábrico y el horizonte.
Casco histórico de Ribadesella
Volvemos sobre nuestros pasos, descendiendo la Escalera de Colores, para buscar el casco histórico, obligatorio en cualquier lista sobre qué ver en Ribadesella. El centro del pueblo tiene grandes atractivos como la Plaza de la Reina María Cristina, con el Palacio de Prieto Cutre, del siglo XVI. Esta edificación es la más antigua que se conserva en el pueblo.
Dejando atrás la plaza y tomando la calle López Muñiz te encontrarás con la Casa de Ardines y sus cuidados soportales o la plaza de la iglesia, que precede a la iglesia parroquial de Santa María Magdalena.
En el centro histórico también hay otros atractivos muy interesantes como la Casa de González Prieto, la Casa de Collado (ambas con escudos blasonados), o la Plaza de la Atalaya, que todavía hoy conserva casas de estilo tradicional con fachadas de colores. Aquí destacan también la Casa del Pixuecu y el Palacio de la Atalaya.
Ermita de la Virgen de la Guía
La Plaza de la Atalaya concluye con la Torre de la Atalaya, que marca el final del centro histórico. En este lugar comienza la calle del Corbero Guía, que continúa con el Camino a La Guía. El destino final de este paso es la Ermita de La Guía, situada en lo más alto del Monte Corberu.
Esta capilla renacentista de finales del siglo XVI acoge a la patrona de los marineros y conserva una portada muy bonita. En sus inmediaciones cuenta con tres cañones arrojados al mar por los franceses durante la Guerra de la Independencia, a inicios del siglo XIX. Este lugar tiene interés histórico y religioso, pero sobre todo paisajístico, pues ofrece unas vistas espectaculares del Sella, la playa de Santa Marina, el Cantábrico y el entorno natural del concejo.
Paseo de la Grúa
Desde la ermita de la Virgen de la Guía, y nuevamente en dirección al centro histórico, discurre el Paseo de la Grúa. Este camino fluye paralelo al río Sella y ofrece lugares de interés como la Fuentina, pero sobre todo los murales de Mingote.
El genial artista gráfico realizó seis murales de cerámica de grandes dimensiones donde muestra algunos grandes acontecimientos históricos de Ribadesella, todo ello con su particular humor. A su vez, el paseo es también un buen lugar para conocer más sobre la mitología asturiana, con paneles dedicados a estos seres (¿no reales?) que habitan el Principado.
Playa de Santa Marina
Continuamos con otro de los grandes atractivos del municipio. Si alguien pregunta qué hacer en Ribadesella, una de las respuestas imprescindibles es pasear por la playa de Santa Marina. Este arenal comienza en la desembocadura del Sella y es uno de los lugares más visitados en todo el concejo.
No solo sorprende por la transparencia de sus aguas y la posibilidad del baño o la práctica de deportes acuáticos, sino que lo que más asombra son los preciosos palacetes de indianos y casas de estilo modernista de principios del siglo XX. Este lugar fue el escogido como espacio de recreo para familias adineradas de la época.
El paseo concluye en el Mirador Punta del Pozu, donde podrás observar varias huellas de dinosaurios. Y es que, aunque parezca sorprendente, en Asturias y su costa también residieron estos grandes animales.
Paseo del Malecón
Siguiendo la misma dirección que el paseo marítimo de Santa Marina, pero tierra adentro, nos encontramos con el Paseo del Malecón. Esta marisma natural posee un importante valor ecológico, pues es lugar de descanso de numerosas aves migratorias.
El paseo es al mismo tiempo un parque urbano que permite dejar atrás el ajetreo del turismo y contemplar a muchas de esas aves a través de pasarelas y torretas.
Playa de la Atalaya
El último gran atractivo que ver en Ribadesella es la playa de La Atalaya. Para llegar a ella hay que abandonar el casco histórico por la calle Manuel Fernández Junco, y como podrás imaginar, esa playa se relaciona con la torre del mismo nombre, que fue construida en el siglo XIX recuperando la edificación inicial de época medieval.
Otros sitios que ver cerca de Ribadesella
Ribadesella no es solo su capital. El concejo riosellano incluye otros lugares próximos a la cabeza de concejo que bien merecen ser conocidos. Te proponemos cuatro, aunque para ser sinceros, dos no están en la propia Ribadesella, sino que están en municipios cercanos.
Los bufones de Pría
Los bufones de Pría están en Llanes, pero justo en la frontera entre este concejo y el riosellano. En concreto, el límite lo marca la playa de Guadamía. Los bufones se localizan a unos 11 kilómetros del centro de Ribadesella.
En ellos, los visitantes observan cómo salen grandes chimeneas y grietas de agua que conectan el mar con la tierra. La fuerza del Cantábrico, sumado a la erosión del mar, la lluvia y el viento, durante millones de años, han conseguido abrir huecos en la roca caliza que dan lugar a chorros de agua que salen disparados por estas aberturas y generan todo un espectáculo natural.
Los de Pría son los bufones más conocidos en Asturias, pero este mismo fenómeno también ocurre en Arenillas, Santiuste y Ballota, todos en la zona oriental del Principado.
Mirador del Fitu
Otro gran atractivo cercano a Ribadesella, pero que no forma parte del concejo, es el Mirador del Fitu, o Fito. Este espacio se localiza en Caravia, el municipio vecino de Ribadesella por el oeste. Desde la capital riosellana hasta este mirador hay una distancia de unos 26 kilómetros y el paseo en coche te llevará aproximadamente 30 minutos.
Hablamos de uno de los miradores esenciales en toda Asturias, un lugar imprescindible desde el que descubrirás la fama bien merecida de esta comunidad como Paraíso Natural.
Este espacio no es más que una plataforma de cemento en altura con escaleras. Está localizado aproximadamente a 1100 metros sobre el nivel del mar y desde su punto más elevado se observa una panorámica de 360 grados que permite ver la costa, la playa y los acantilados.
A su vez, como la visión es integral, si giramos la mirada hacia otros puntos observamos paisajes espectaculares de interior como la Sierra del Sueve, el Parque Natural de Ponga o el Parque Nacional de los Picos de Europa.
Desde el Fitu también se divisan pueblos como la propia Ribadesella, Colunga, Villaviciosa, Cangas de Onís y Covadonga, aunque eso sí, deberás tener suerte de que no haya brumas ni nubes.
La Cuevona de Cueves
No puede faltar en esta guía de qué ver en Ribadesella, la Cuevona de Cueves. Cuevas del Agua, o Cueves, es una pequeña parroquia en el concejo riosellano que se distancia de la capital por unos 9 kilómetros. El viaje en coche, eso sí, te llevará aproximadamente 20 minutos.
Lo curioso de Cueves, que es un lugar típicamente asturiano con sus hórreos y arquitectura tradicional, a la orilla del Sella y con vistas a la montaña, es que su único acceso en coche es atravesando la Cuevona, una impactante cavidad natural de roca que con los años se ha ido formando debido a la acción erosiva del arroyo Cueves sobre terreno calcáreo.
Sus 300 metros de longitud son el último tramo de la carretera local RS-3, la que permite entrar al pueblo. Este túnel natural conserva formaciones calcáreas tipo estalactitas, estalagmitas y columnas de formas muy curiosas que atraen las miradas de decenas de visitantes. Además, este pequeño espacio ha conformado un ecosistema propio, con numerosas especies vegetales, de hongos y murciélagos. Sin duda, un atractivo cercano a Ribadesella que hay que conservar.
Acantilados del Infierno
Finalizamos este repaso de los lugares de interés cercanos a Ribadesella con los Acantilados del Infierno. Situados a apenas 4 kilómetros de la capital del concejo, este nombre da lugar a toda una franja costera que se extiende hasta las proximidades de Llanes.
Es una de las zonas costeras más bonitas de Asturias gracias a su paisaje de abruptos precipicios. Las panorámicas marítimas de enorme belleza en este espacio se descubren por doquier. Aunque, como podrás concluir por su nombre, no conviene dar pasos en falso en primera línea de costa, ni encaramarse a un peñasco, pues es un área que puede resultar muy peligrosa.
Los Acantilados del Infierno aparecen tras recorrer unos kilómetros por la carretera AS-263. Después de dejar atrás el campo de fútbol de Oreyana y el desvío a Collera, una pista asfaltada atraviesa las vías del tren y da lugar a dos señales con indicaciones hasta la Playa de Arra y Acantilados del Infierno.
Cerca de los acantilados hay un área recreativa donde ya no queda otra que caminar a pie y descubrir este espectáculo litoral en una ruta serpenteante y fácil de seguir. El itinerario atraviesa un eucaliptal y un pinar, pero rápidamente vuelve a primera línea de costa para apreciar las paredes escarpadas frente al mar y el islote de Paluverde.
Ahora ya sabes qué ver en Ribadesella. El concejo tiene en su capital el gran punto de interés, con el descenso del Sella como actividad más reconocible y numerosos escenarios para disfrutar de las vistas. Junto a esto, las parroquias cercanas, las playas próximas y los concejos vecinos también son lugares que bien merecen una visita. Ribadesella es, en definitiva, un lugar imprescindible en cualquier visita a Asturias.