Qué ver en Costa Brava

Qué ver en la Costa Brava: lugares y actividades imprescindibles

La Costa Brava es una de las zonas turísticas del Mediterráneo más demandadas por los visitantes nacionales e internacionales. Cada año son muchos los turistas que eligen esta zona catalana para pasar no solo las vacaciones de verano, sino pequeños periodos a lo largo del año.

Y es que todo el que se pregunta qué ver en Costa Brava descubre que este es un territorio en el que naturaleza, turismo de sol y playa, historia, cultura, gastronomía y ocio nocturno se dan la mano para ofrecer planes para todo el mundo, independientemente de sus gustos y objetivos.

Hoy repasamos todo lo que se puede hacer para disfrutar de este punto del litoral catalán, situado concretamente en la provincia de Girona. Desde los mejores sitios de la Costa Brava hasta algunos de los planes más llamativos para convertir cualquier viaje en una experiencia única.

Girona: la perla histórica de la provincia

Ningún tour a la Costa Brava estaría completo sin visitar Girona, la capital de la provincia. Alejada del concepto de turismo de sol y playa, puesto que se encuentra en el interior, Girona es el lugar perfecto para los amantes de la historia y el patrimonio.

La ciudad, de tan solo 100 000 habitantes, ofrece un viaje al pasado gracias a las construcciones medievales que alberga, que han sido cuidadas y rehabilitadas para ofrecer un precioso paseo por las calles de su casco antiguo.

Dentro de la Costa Brava, Girona es una piedra preciosa. La catedral o el paisaje urbano que ofrece el río Onyar, con sus casas de colores, son escenarios perfectos para contemplar y pasear tranquilamente, además de que puedes sentarte en alguna que otra terraza a degustar algunos platos típicos de la zona.

Las mejores calas de Palamós

Palamós es una de las localidades de Costa Brava más demandadas por quienes buscan gozar del mejor baño en el Mediterráneo. El municipio está en un enclave en el que la costa convive a la perfección con el mar, de manera que el visitante puede disfrutar de unos paisajes únicos.

Acantilados y pequeños bosques que llegan hasta el mismo borde del mar forman calas y playas increíbles, de entre las que se suelen destacar dos: la playa el Castell y la cala Estreta.

La primera es una playa virgen, de las pocas que quedan en toda la comunidad catalana, perfecta para el baño de mayores y pequeños. El acceso es sencillo y desde Palamós se tardan menos de 15 minutos en coche. Hay que conducir por la nacional C-31 hasta el desvío del Castell y luego seguir las señales que llevan claramente a la zona de parking, donde dejar el coche cuesta entre 3 y 5 euros, dependiendo del momento del año.

Respecto a la cala Estreta, muchos turistas se sorprenden por lo calmado y cristalino de sus aguas. Es bastante más difícil llegar a ella. En este caso, hay que seguir el camino de ronda que empieza en la propia playa el Castell.. Hay que caminar en torno a 40 minutos para llegar, pero merece la pena porque suele estar poco concurrida.

Monasterio de Sant Pere de Rodes

Hay que dirigirse hasta la sierra de Rodes para encontrar un bellísimo monasterio románico. El conglomerado de edificios religiosos incluye una iglesia, un claustro, una sacristía y dependencias conventuales. Además, está en un paraje natural que se abre al horizonte hasta llegar al mar, por lo que está rodeado de rutas para quienes aman caminar en pleno bosque.

Se puede visitar de martes a domingo, y existen diferentes tours que combinan la visita con catas de vino, exposiciones, guías teatralizadas, etc. Además, hay un pequeño aparcamiento gratuito a tan solo diez minutos caminando de la entrada al complejo religioso.

Cap de Creus: para amantes de la naturaleza

El maravilloso clima mediterráneo hace que entre las cosas de la Costa Brava que ver se encuentre, durante todo el año, el Cap de Creus. Este parque natural es uno de los mayores reclamos de la provincia de Girona por su cantidad de rutas, donde se combina la alta montaña con los paseos al borde del mar.

Además, el Cap de Creus custodia algunas de las mejores playas del país, algo que, sin duda, hace que cualquier plan de ruta de senderismo en el parque natural acabe con un chapuzón.

Al parque natural no se puede acceder en coche. Por eso, existen aparcamientos habilitados en sus dos entradas, la Punta de Cap de Creus y la Cales de Roses. Sí que se puede pasar en bicicleta y caminando. Y por la segunda entrada se permite el acceso de motocicletas.

Islas Medas: conocer el fondo marino

La zona de las islas Medas, que es otro parque natural protegido, tiene uno de los planes más interesantes para los aficionados al deporte: el submarinismo en una de las mejores zonas del Mediterráneo.

Son muchas las empresas que ofrecen desde bautismos de buceo hasta opciones para quienes ya dominan este deporte y quieren hacer rutas a su ritmo o con asistencia de un tutor guía.

Para ello, hay que dirigirse a la Playa de L’Estartit, en el municipio de Torroella de Montgrí. Se llega a esta zona saliendo del municipio por la carretera GI-641 y, en apenas 15 minutos en coche, se accede a este paraíso situado frente a las siete islas protegidas. En la zona hay un espacio de más de 6000 metros cuadrados donde se puede aparcar.

Navegar en velero: otra forma de conocer el Mediterráneo

Diferentes puntos de la Costa Brava ofrecen la posibilidad de alquilar una excursión en velero y disfrutar del mar desde una perspectiva diferente. Lloret de Mar y Bahía de Rosas son dos localizaciones donde es posible tanto reservar un navío privado como sumarse a experiencias más económicas a bordo de barcos más grandes.

Estos son los puntos más interesantes para quienes quieren saber qué visitar en la Costa Brava desde el mar: el paisaje de costa desde dentro se ve precioso, con las playas y calas recortadas por los acantilados y las formaciones montañosas.

Calella de Palafrugell, una localidad de postal

Calella de Palafrugell está en todas las listas de la Costa Brava y mejores sitios que conocer allí. Se trata de un pequeño pueblo pesquero que mantiene todo el encanto del pasado, con un centro histórico de casitas blancas que parecen sacadas de una postal.

Allí están algunas calas y playas interesantes y espacios como los Jardines de Cap Roig, un espacio botánico que cambia a lo largo del año, pero que siempre es interesante recorrer.

El aparcamiento en el municipio es sencillo, salvo en las temporadas de verano, cuando el turismo es mayor y la concentración de vehículos aumenta. Aún así, llegando temprano y dando algunas vueltas, se suele encontrar aparcamiento sencillo.

Gastronomía con estrella: El Celler de Can Roca

Comer en la Costa Brava es una delicia. Tanto las pequeñas tabernas pesqueras como los grandes restaurantes gastronómicos ofrecen una carta basada en el producto y las elaboraciones cuidadas.

Pero, además, la provincia cuenta con uno de los grandes restaurantes del planeta: El Celler de Can Roca. Situado en el municipio de Girona, el restaurante de los hermanos Roca ha sido galardonado con tres Estrellas Michelín y comer allí es un espectáculo para todos los sentidos.

Lo difícil es encontrar mesa, y es que las reservas se abren con un año de antelación y suelen agotarse en pocos segundos. Aun así, la empresa familiar cuenta con otros restaurantes como Can Roca.

Ruinas de Empúries: un viaje al Imperio Romano y a la cultura griega

El municipio de Empuriabrava cuenta, dentro de su territorio, con un impresionante yacimiento arqueológico y griego del siglo III a. C. Es el único enclave histórico que permite ver juntas estas dos culturas de manera tan evidente. Cuenta con un museo etnográfico donde comprender mejor las excavaciones y descubrir qué objetos se han hallado a lo largo de los años.

Se puede llegar a este yacimiento desde L’Escala o Sant Martí d’Empúries con un breve paseo de no más de 20 minutos. La entrada al yacimiento cuesta unos seis euros, con audioguía incluida.

Tossa de Mar: el medievo rural

Si Girona es el pasado medieval de los palacios y los grandes edificios, Tossa de Mar es la mejor forma de conocer los enclaves rurales de la época. Es un pueblecito de los más bellos de Costa Brava, con siete antiguas torres, calles laberínticas empedradas y casas de piedra.

Para aparcar, lo mejor es dirigirse a la zona de la estación de autobuses, que queda a unos diez minutos del casco histórico. Además, el espacio más cercano a la zona turística cuenta con zona azul para dejar el coche pagando la ORA.

El surrealista Museo de Dalí

Viajar a Figueras a conocer el Museo de Dalí es una actividad que hacer en la Costa Brava sí o sí. El genio surrealista dejó gran parte de su legado en esta casa, que ya sorprende desde su exterior. La entrada cuesta tan solo 15 euros y permite descubrir algunas de las obras más características de su trayectoria pictórica.

Se puede llegar fácilmente en coche y buscar aparcamiento por la zona o meter el vehículo en un parking de uso público que hay pegado al museo.

El castillo de Sant Ferran: una maravilla desconocida

También en la ciudad de Figueras, se puede disfrutar de otras atracciones de la zona como el castillo de Sant Ferran, una fortaleza del siglo XVIII. Está considerado como el monumento de mayor dimensión de toda Cataluña, con 32 hectáreas.

Cadaqués: un emblema de la Costa Brava

Si hay un pueblo que define perfectamente el espíritu de la Costa Brava ese es, sin duda alguna, Cadaqués. Situado en el Cabo de Creus, es uno de los lugares más turísticos y recomendados de toda Girona.

Playas, calas, gastronomía y un entorno natural inigualable son los ingredientes que hacen que miles de turistas se interesen cada año por ir a Cadaqués, que además acoge la casa museo de Salvador Dalí en la cala de Portlligat, a la que es necesario llamar para hacer reserva previa.

Lloret de Mar

Lloret de Mar es también de esos municipios de la Costa Brava que ofrecen una experiencia completa: naturaleza, gastronomía, belleza arquitectónica y playas.

Cualquier persona que vaya no puede perderse planes como el Museo del Mar, los jardines de Santa Clotilde o el cementerio modernista, una verdadera belleza para los amantes de este movimiento arquitectónico.

La ciudad ofrece muchísimos establecimientos hoteleros en los que alquilar una habitación, así como decenas de casas para rentar por pequeños periodos vacacionales.

Besalú: belleza en estado puro

Besalú es otro pueblecito medieval de la Costa Brava. Este, en particular, cuenta con el honor de ser uno de los municipios de la época mejor conservados y más bellos de toda la geografía nacional.

Entrar a la zona urbanizada por su puente románico es uno de los placeres que los turistas se permiten dar en la Costa Brava. Pero hay más, y es que el antiguo barrio judío o el museo del circo completan la visita de cualquier curioso que se acerque a la localidad.

A Besalú se puede llegar fácilmente en coche y hay parkings gratuitos antes de cruzar el puente para dejar el vehículo y caminar tranquilamente por sus intrincadas calles medievales.

Estas son tan solo quince de las muchas cosas que ver en la Costa Brava. Se trata de un territorio único y muy interesante para quienes quieren disfrutar de un turismo variado y rico en experiencias. Si quieres conocer los mejores sitios de la Costa Brava, esta lista te ofrece los imprescindibles que todo turista debería incluir en su ruta. 

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