Qué ver en Castro Urdiales

Qué ver en Castro Urdiales: 10 visitas indispensables

Si hay un municipio popular en la comunidad de Cantabria, ese es, sin lugar a dudas, Castro Urdiales. Su localización junto a la costa, su historia, su maravilloso patrimonio arquitectónico, su cultura y su gastronomía hacen de este pueblo un destino ideal para quienes aman el slow tourism.

¿Qué ver en Castro Urdiales? Desde su puerto pesquero hasta su castillo, pasando por otras atracciones turísticas relevantes como la Iglesia de Santa María de la Asunción o el yacimiento arqueológico de Flavióbriga, las opciones son muchas y para muy distintos perfiles de viajeros.

Su cercanía a ciudades como Santander y, sobre todo, a Bilbao, hacen que esta localidad sea perfecta para una excursión de un par de días. Esta escapada se puede organizar para no perderse nada de lo que hay que ver en Castro Urdiales,  según los que mejor la conocen.

Diez cosas que ver en Castro Urdiales

Las atracciones turísticas de Castro Urdiales son muchas. Hemos seleccionado las diez más interesantes desde distintos puntos de vista: la historia, la arquitectura, el simple placer de pasear o el turismo de playa y naturaleza.

Con estos diez puntos clave podrás montar una ruta de viaje por la ciudad que tiene un único objetivo: que te enamores de la zona y quieras volver una y otra vez.

El puerto pesquero

En las ciudades que dan a la costa, el puerto es una de las principales atracciones. Casi todo el mundo disfruta viendo los pequeños barquitos amarrados a la orilla en un espacio intermedio entre el mar abierto y la tierra.

Esta sensación se hace todavía más impresionante en Castro Urdiales, ya que el puerto está integrado en una ciudad completamente rodeada por una cadena montañosa llena de frondosos bosques. Esto ofrece una postal muy característica de la costa norte del país. Además, se sitúa junto al casco histórico, lo que ofrece al conjunto mucha más belleza.

La playa de Ostende

Es la playa más cercana al propio municipio. Su origen no es natural, ya que hablamos de una construcción obra del ser humano, pero eso no le resta belleza: se trata de un acceso al mar de más de un kilómetro de largo, en forma de concha o media luna, con arenas suaves y algunas zonas rocosas.

Darse un baño en ella, o simplemente pasear por su orilla si es época de frío, es un plan que no se debe dejar de hacer cuando se visita Castro Urdiales.

Un ayuntamiento “distinto”

La plaza del ayuntamiento, típica en todos los municipios españoles, es muy especial y genuina en este caso. Está situada junto al puerto pesquero y el edificio más llamativo de todo es la propia casa consistorial.

A modo de castillo, con torre del reloj incluida, el ayuntamiento tiene un estilo medieval que combina perfectamente con el resto de construcciones y soportales de la plaza. Seguramente no hayas visto otro parecido en ningún lugar de España. Además, en la misma plaza se puede ver la Casa de los Chelines, declarada Bien de Interés Cultural en 1991.

El parque Amestoy

Este espacio es especialmente interesante para quienes quieren caminar en un entorno urbano, pero plagado de rincones en los que deleitar la vista.

Se trata de una extensión situada entre el paseo marítimo y el puerto, y está salpicada de jardines, bancos, zonas arboladas… Todo ello con un exquisito telón de fondo: los edificios más elegantes de todo el municipio.

La iglesia de Santa María de la Asunción

Qué ver en Castro Urdiales. La iglesia de Santa María de la Asunción.

Coronando la ciudad en todo momento, en la zona llamada Puebla Vieja, podemos ver la iglesia de Santa María de la Asunción. El turista se encuentra delante de un templo gótico que está considerado como uno de los edificios religiosos más impresionantes de toda la costa cantábrica.

Es especialmente llamativo por su exterior, que se comenzó a construir en el siglo XIII y del que destacan sus arcadas, columnas y ventanales con tracerías. Pero cruzar su puerta principal también lleva al deleite: tres naves llenas de bóvedas y arcos esconden una preciosa imagen de la Virgen del siglo XIII y otros tesoros de la historia religiosa de la zona.

El horario de visitas es de lunes a sábado a partir de las 10 de la mañana. Entre semana cierra a las 13 horas y el sábado a las 12. Además, todos estos días abre por la tarde en horario de 17 a 20. Los domingos se puede acudir a la eucaristía, pero no están permitidas las visitas turísticas.

El Palacio de Ocharan

Es obra del arquitecto Eladio Laredo quien, por encargo de Luis de Ocharan, diseñó este palacete observatorio rodeado por jardines en 1914. De inspiración renacentista italiana, esta edificación llama la atención desde la calle, donde también se puede disfrutar de sus suntuosos jardines.

Aunque no está abierto al público habitualmente, el ayuntamiento de Castro Urdiales programa jornadas de puertas abiertas para recorrer el exterior de la villa, especialmente en las fechas de verano. Además, se suelen organizar visitas guiadas para conocer a fondo el diseño de este edificio tan singular del municipio.

El puente medieval camino al castillo

Desde la plaza del ayuntamiento se puede llegar muy fácilmente, y en tan solo unos minutos, al camino que conecta con el castillo de la ciudad. El último tramo de esta ruta es un bellísimo puente medieval que ya de por sí justifica desplazarse hacia esta zona del municipio.

Es una construcción de arco ojival que recoge toda la impronta del estilo gótico, tan presente en otros puntos de la ciudad cántabra. Y que todavía hoy sigue cumpliendo la función de antaño como vía de comunicación entre el promontorio donde está la iglesia de Santa María de la Asunción y el Castillo con la ermita de Santa Ana.

El conjunto más histórico de la localidad no sería lo mismo sin este puente, que aporta una belleza muy singular al entorno y que se ha ido integrando muy bien con las nuevas construcciones que han surgido en los últimos años.

El castillo-faro de Santa Ana

La historia de este punto de interés turístico es muy especial: existen pistas de una edificación previa de origen romano, que dio paso al castillo actual, levantado en el siglo XVII.

Este actuó como fortaleza defensiva de Castro Urdiales, llegando a convertirse en un espacio clave de la toma de la ciudad por parte de las tropas napoleónicas en 1813. Fue ahí donde los franceses encontraron las últimas resistencias de soldados españoles.

En 1853, se levanta un faro dentro del castillo. Para ello se utiliza como base una de las torres de la fortaleza. Esta linterna tiene un alcance de 24 millas y guía a los navegantes que se dirigen hacia la costa cántabra en este punto.

Las visitas al castillo-faro de Santa Ana permiten conocer esas dos partes de la vida de la construcción: por un lado, como fortaleza defensiva y, por otro, como único guía para los barcos que en la noche debían evitar los accidentes al acercarse a tierra.

El yacimiento arqueológico de Flavióbriga

El único vestigio romano de importancia que hay en toda la comunidad de Cantabria es el yacimiento de Flavióbriga. Esta colonia romana fue creada en el siglo I a.C. y se convirtió en un importantísimo punto de la ruta comercial entre Hispania y la Galia.

Flavióbriga es una población de tamaño mediano, ya que los trabajos arqueológicos han logrado encontrar un gran trazado de calles y han demostrado la existencia de termas y otros edificios de carácter público y privado.

Actualmente, se están llevando a cabo grandes esfuerzos para mejorar la conservación de estos restos históricos encontrados en el propio casco urbano de la ciudad. Destaca especialmente la creación del Centro de Interpretación de Flavióbriga, donde se pueden ver algunas de las piezas más importantes, así como recibir información muy documentada sobre el pasado romano del territorio.

El Pedregal

Los amantes de los espacios naturales están de enhorabuena: muy cerca del núcleo urbano de Castro Urdiales está uno de los paisajes más bonitos de toda Cantabria. Hablamos del Pedregal.

Se trata de una impresionante cala creada por la erosión de las rocas a lo largo de miles de años. El resultado es un rincón completamente escarpado, separado del mar por un túnel por el que llega el agua para crear una especie de piscina natural muy singular.

Para facilitar el acceso, El Pedregal cuenta con gradas en un lateral, de manera que sea más fácil entrar y salir del agua, así como descansar y disfrutar del sol sin tener que andar saltando entre piedras irregulares.

Por último, en esta piscina natural se instalaron, hace unos años, varias esculturas de niños saltando al agua desde las alturas, lo que genera un entorno mucho más bello y poético del que disfrutar.

Estos diez puntos son un resumen de lo mejor de la ciudad. Quienes se preguntan qué ver en Castro Urdiales en un par de jornadas tienen aquí una guía completa para llevarse la mejor imagen de un municipio considerado como uno de los grandes tesoros turísticos de la zona de Cantabria.

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