A pesar de no tener unas buenas infraestructuras ferroviarias, las provincias de Cáceres y Badajoz sí presentan un gran atractivo en cuanto a su localización: la cercanía a Madrid, Lisboa y Sevilla, así como que la comunidad es atravesada de norte a sur (o al contrario) por la autovía A-66, la conocida Ruta de la Plata. Esta y la Autovía del Suroeste, A-5, son los grandes ejes vertebradores de un territorio que esconde rincones de una belleza excepcional. Hoy queremos presentarte algunos, quédate con nosotros para descubrir pueblos bonitos de Extremadura.
Hervás
Hervás es uno de los pueblos más bonitos de Cáceres. Enclavado en el Valle del Ambroz, cerca ya de la provincia de Salamanca, esta localidad presenta una muy buena conexión junto a la autovía A-66. A su vez, desde la A-5 es también fácil llegar hasta el municipio, ya que en la salida hacia Navalmoral de la Mata basta con tomar la autovía EX-A1 que enlaza con Plasencia y seguir por la A-66 hasta Hervás.
El pueblo conserva un precioso barrio judío que está declarado como Conjunto Histórico Artístico. Para llegar a la Judería hay que ascender desde la orilla del río Ambroz, otro de sus grandes atractivos.
Durante el verano, el valle es visitado por centenares de personas que desean conocer las piscinas naturales de Hervás.
Volviendo al pueblo, y a la Judería, el punto más elevado de este barrio, y de todo el pueblo, se alcanza en la Iglesia de Santa María de Aguas Vivas, la más conocida en el municipio. En cuanto a otros templos religiosos, en Hervás también destaca la Iglesia de San Juan Bautista gracias a sus retablos barrocos.
Sin abandonar el casco histórico, te invitamos a descubrir el Museo Pérez Comendador- Leroux. Y para que la visita sea completa, no dejes de conocer el Museo de la Moto y el Coche Clásico.
Para finalizar, vamos con un mirador, el que se obtiene de Hervás desde el antiguo Puente de Hierro del ferrocarril.
Olivenza
Viajamos desde el norte de Cáceres al oeste de la provincia de Badajoz para llegar hasta Olivenza. Si tienes que elegir qué pueblos visitar en Extremadura, incluye este en tu lista. La localidad estuvo bajo dominio portugués durante siglos y forma parte de los municipios conocidos como rayanos. Finalmente, a inicios del siglo XIX pasó a ser parte de la provincia pacense.
Todavía hoy existen reivindicaciones portuguesas y ese legado histórico se refleja en buena parte de su idiosincrasia popular y cultural. En cuanto a los lugares a visitar, el más destacado es el Castillo de Olivenza, que fue construido en el siglo XIV sobre una antigua fortaleza templaria. Desde su punto más alto se observan las mejores vistas del pueblo.
Junto a la fortaleza hay que reseñar la iglesia de Santa María del Castillo, la de Santa María Magdalena y el cercano puente da Ajuda, sobre el río Guadiana, que es uno de los emblemas históricos del municipio y escenario clave en varias guerras.
Jerez de los Caballeros
Unos 60 kilómetros al sur de Olivenza, pero también cercano a la frontera con Portugal, se halla Jerez de los Caballeros. Esta localidad es otro de esos pueblos bonitos de Extremadura que nadie debería perderse y recibe su nombre por el asentamiento de los Caballeros templarios en el siglo XIII a las órdenes del rey Alfonso IX.
A su llegada, los templarios consolidaron la alcazaba árabe para dar lugar a lo que hoy día se conoce como la Fortaleza Templaria. También construyeron las murallas de la ciudad, de la que todavía hoy quedan algunos retazos y dos puertas de las seis originarias: la de Burgos y la de la Villa.
Junto con la Fortaleza Templaria, Jerez de los Caballeros es conocida por la Iglesia de Santa Catalina con su majestuosa torre, la de San Bartolomé o la de San Miguel.
Esta influencia templaria se pone de manifiesto, además, con un festival que se celebra con esta temática cada mes de julio. Y conviene no olvidar su Semana Santa, que está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
Alcántara
Volvemos a La Raya extremeña, es decir, la frontera entre Portugal y España en las provincias de Cáceres y Badajoz para pararnos en Alcántara. Este bello municipio fue fronterizo hasta su conquista en el siglo XIII. Su defensa fue asignada a la Orden de Calatrava, quienes renunciaron a la misión por encontrarse muy lejos de su sede. Esto llevó a crear la Orden de San Julián del Pereiro, que sí se estableció en la localidad y cambió su nombre definitivo a Orden de Alcántara.
El pueblo debe su nombre al puente romano construido en el siglo II d. C., en tiempos del emperador Trajano, que posteriormente fue conocido como “al qantarat” (el puente) en tiempos de dominio musulmán. Es el elemento más emblemático del municipio y sirve para superar el río Tajo.
Pero, más allá del puente, el pueblo ofrece atractivos como la Plaza de Portugal, el Arco de la Concepción, la Casa Matriz de la Orden de Alcántara, la Conventual de San Benito, su cuidado barrio judío o la Iglesia de San Pedro.
También son interesantes varios miradores, como El Balcón del Mundo. O su potencial paisajístico y natural, con la piscina natural de la Cantera y el Parque Natural del Tajo Internacional.
Fregenal de la Sierra
Continuamos en dirección sur por la provincia de Badajoz hasta llegar a Fregenal de la Sierra, muy cerca de Andalucía. Esta localidad también tiene vinculación con la Orden del Temple, que construyó una fortaleza defensiva allá por el siglo XIII.
El castillo de Fregenal se localiza en el punto más alto del pueblo, cuenta con siete torres y en su interior alberga una plaza de toros y un mercado de abastos, algo que lo convierte en un monumento único.
Más allá de esta fortaleza, lo que hace a Fregenal de la Sierra uno de los pueblos bonitos de Extremadura es que acoge, entre otras, la Iglesia de Santa Ana con su magnífico retablo (una de las joyas del Renacimiento extremeño), la plaza la Fontanilla y el cercano Santuario de la Virgen de los Remedios, a unos seis kilómetros del pueblo.
Otro apunte interesante de este lugar es su tradición de los danzadores, uno conjunto de personas que bailan cada 7 de septiembre en honor a la Virgen de la Salud, en el Convento de las Madres Agustinas. Esta fiesta está declarada como Bien de Interés Cultural.
Riomalo de Abajo
Tomamos nuevamente dirección hacia el norte para descubrir uno de los pueblos cacereños más desconocidos de esta lista. Si tienes dudas sobre qué ver en Cáceres provincia, y quieres explorar una comarca diferente, la recomendación es clara, Las Hurdes.
Allí, al pie de la impactante Sierra de Francia, al oeste del Sistema Central, se encuentra Riomalo de Abajo. Dista a 25 kilómetros de otro pueblo que señalaremos más adelante, Caminomorisco. Riomalo de Abajo también está situado muy próximo al Valle de las Batuecas.
De este pueblo, lo más destacable es su belleza natural, en medio de la sierra, y su tranquila vida rural. Es un lugar casi inmejorable para disfrutar del senderismo, el ciclismo de montaña o la fotografía.
Su atractivo más conocido es el Meandro del Melero, que asombra a visitantes y locales por igual. Cerca del meandro, los amantes de la fauna pueden divisar zorros, aves rapaces, gatos monteses, tejones, buitres, águilas reales o gavilanes.
Guadalupe: uno de los pueblos bonitos de Extremadura que tienes que ver
De Las Hurdes nos dirigimos hasta Guadalupe, un municipio mucho más turístico que tiene en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe uno de los monumentos más populares de toda Extremadura. De hecho, esta virgen es la patrona de la comunidad autónoma desde el año 1907.
Guadalupe es una localidad con gran relevancia histórica, ya que fue el lugar donde los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal Colón cuando buscaba financiación para viajar a las Indias. En la localidad todavía se conservan calles con su trazado medieval y edificios de una belleza excepcional.
El Real Monasterio es la joya de la corona en el pueblo, allí confluyen muchas de sus calles principales. Este espacio fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993.
Más allá del monasterio, la localidad ofrece lugares tan espectaculares como la Plaza de Santa María de Guadalupe, la Galería Mudéjar, la Plazuela de los Tres Caños, el Mirador de Guadalupe o la cercana Ermita del Humilladero, a apenas cuatro kilómetros del núcleo urbano.
Zarza de Montánchez
Al sur de la provincia de Cáceres y bañada por el río Tamuja aparece Zarza de Montánchez, un pequeño pueblo con la encina más grande del mundo. La Terrona, que así se llama el árbol, está protegido como Árbol Singular de Extremadura y mide más de 7,7 metros de perímetro de tronco, 16 metros de altura y 27 metros de diámetro. Es, además, uno de los ejemplares más antiguos en toda la Península Ibérica, con unos 800 años de vida.
Por otra parte, esta localidad es mucho más que la Terrona, ya que cuenta con estelas funerarias y dólmenes de la Edad de Bronce, además de restos romanos y otros hitos arqueológicos.
En cuanto al patrimonio cultural destaca especialmente la Iglesia de San Miguel Arcángel, construida en el siglo XVI y declarada como Monumento Histórico Artístico.
Robledillo de Gata
Esta localidad recibe su nombre por la Sierra de Gata, al noroeste de la provincia de Cáceres, junto a la Sierra de Francia. Robledillo tiene una arquitectura tradicional y callejuelas con mucho encanto que le llevan a estar incluido no solo en cualquier listado de pueblos bonitos de Extremadura, sino también en los que hablan de los pueblos más bonitos de España.
Su centro urbano está declarado Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico. El pueblo cuenta con la Iglesia Parroquial dedicada a Ntra. Sra. de la Asunción, las ermitas de San Miguel y del Cordero y del Humilladero y el Museo del Aceite Molino del Medio.
Fuera del pueblo, en la zona más alta, se localiza una piscina natural con un bonito salto de agua.
Caminomorisco
Ya hablamos antes de Riomalo de Abajo, alquería que pertenece precisamente a Caminomorisco. Este recóndito municipio cacereño recibe su nombre por un hecho histórico, la expulsión de los moriscos durante el siglo XVI. Estos moriscos fueron expulsados de las Alpujarras granadinas e iban en dirección de Las Batuecas, en Salamanca.
Caminomorisco conforma, junto con Pinofranqueado, la comarca de las Hurdes Bajas. Su gran interés reside en los espacios naturales, especialmente el paraje del Chorreón del Tajo, con piscina natural incluida.
En una de sus alquerías, en Cambroncino, se halla la iglesia de Santa Catalina, la más espectacular en toda Las Hurdes, y una de las razones por las que este pueblo está en nuestra lista de pueblos bonitos de Extremadura.
Helechosa de los Montes
Volvemos de nuevo a Badajoz, al noreste de la provincia casi limitando con Cáceres para detenernos en Helechosa de los Montes. Esta pequeña localidad tiene mucho interés por sus paisajes junto a la Sierra de los Batanes.
Junto con Villarta de los Montes y Fuenlabrada de los Montes conforma la “Calabria extremeña”, dentro de la comarca de La Siberia.
En Helechosa cabe destacar sus viviendas con fachadas esgrafiadas y pinturas variadas, propio de la arquitectura de la zona, la Plaza Mayor, el Ayuntamiento y la Iglesia de Nuestra Señora de Altagracia.
A su vez, te aconsejamos no abandonar este pueblo sin descubrir el paraje de La Barca, junto al embalse del Cíjara.
Como ocurre con Jerez de los Caballeros, en Helechosa del Monte también es muy popular su Semana Santa.
Garganta la Olla
Tomamos dirección norte nuevamente para llegar hasta Garganta la Olla, que está cerca de Navalmoral de la Mata o Plasencia.
Esta localidad está considerada como Conjunto Histórico Artístico. Su cuidada arquitectura hace que pasear por sus calles sea todo un espectáculo visual y lo convierte en uno de esos pueblos bonitos de Extremadura que conquista a numerosos visitantes.
Entre sus monumentos más apreciados están la Iglesia de San Lorenzo con su pequeño museo de arte sacro y su órgano barroco, la Casa de las Muñecas (prostíbulo en la época de Carlos V), el Barrio Judío, la Casa de la Peña, la Casa Carvajal, la Casa de las Postas y el Museo de la Inquisición.
En resumen, un pueblo que nos hará volver varios siglos atrás en el tiempo y que está rodeado de bellos parajes naturales.
Burguillos del Cerro
La Puerta de Burgos en Jerez de los Caballeros no recibe ese nombre por Burgos en Castilla y León, sino por Burguillos del Cerro. Este municipio de Badajoz es otro de los pueblos que merece la pena ver en Extremadura por su potencial arquitectónico. De hecho, está considerado como Conjunto Histórico.
Por esta localidad han pasado a lo largo de la historia los celtas, los romanos, los musulmanes y los cristianos, y todos han dejado su huella particular.
En Burguillos del Cerro tenemos grandes ejemplos de arquitectura popular, religiosa y gubernamental, pero si solo pudiéramos elegir algunos hitos, toca reseñar su Castillo, las Iglesias de Santa María de la Encina y la de San Juan Bautista, la Casa del Corregidor, la Cárcel Real y la Plaza Alta.
Rebollar
No puede faltar en este repaso a pueblos bonitos de Extremadura uno en el Valle del Jerte. Nos quedamos en concreto con Rebollar, en la margen derecha de este famoso enclave natural. Aquí el cerezo es el principal exponente económico, y junto a este cultivo, también el turismo.
Rebollar ofrece un urbanismo propio de los pueblos de sierra, con callejuelas muy estrechas y con grandes pendientes. Un núcleo que tiene en su estructura caótica su gran atractivo.
No faltan aleros y balcones que casi se tocan entre sí, edificaciones típicas más propias de un museo de arquitectura popular que de un pueblo vivo y hasta pequeños huertos traseros con frutales que refrescan mucho el intenso calor del valle. También merece la pena destacar la Iglesia Parroquial de Santa Catalina.
Trujillo
Para finalizar vamos con el que para mucha gente es el pueblo más bonito de Cáceres, Trujillo. Esta localidad vio nacer al conquistador Francisco Pizarro, pero sus visitantes encuentran en el municipio mucho más que referencias a esta figura histórica.
Desde el año 1962 Trujillo es Bien de Interés Cultural y este reconocimiento se debe a la belleza de su casco histórico, con lugares tan reconocibles como la Plaza Mayor (una de las más bonitas de España), la Iglesia de San Martín de Tours, la Puerta Arco de la Sangre, la Iglesia de Santiago, la de Santa María la Mayor, la Alberca, el Mirador de las Monjas o su castillo, una antigua alcazaba árabe levantada en el siglo IX, que posteriormente fue ampliado para servir como fortaleza defensiva cristiana.
Trujillo ha recorrido a lo largo de la historia todas las etapas posibles, desde un poblado romano a una ciudad medieval (todavía muy conservada), pasando por ser incluso capital de la provincia de Trujillo entre los siglos XVI y XVII. En esa época la localidad, con títulos de Muy Noble, Muy Leal, Insigne y Muy Heroica, formó parte de Salamanca. Finalmente, en 1653 pasó a formar parte de Extremadura tras la creación de esta provincia.
Son 15, pero podrían ser muchos más. Los pueblos bonitos de Extremadura se cuentan por decenas, así que te invitamos a conocer algunos de estos lugares. En ellos vas a encontrar legado histórico, arquitectura, cultura, tradiciones, naturaleza y muy buena gastronomía.