Al norte de León y haciendo frontera con Asturias encontramos el parque natural de Babia y Luna. Este espacio protegido es el único de esa categoría en la provincia leonesa.
Quédate con nosotros para descubrir más sobre esta joya paisajística y anímate a conocerla a través de alguna de sus rutas. Nosotros te proponemos tres: la Laguna de Las Verdes, las fuentes del Sil y las brañas de Caldas.
Características del parque natural de Babia y Luna
El de Babia y Luna es uno de los trece parques naturales en Castilla y León, y ofrece una completa representación de los ecosistemas propios de la Cordillera Cantábrica. Situado bajo el amparo de Peña Ubiña, con sus 2417 metros de altitud, esta cadena montañosa también cuenta con elevaciones destacadas como Picos Albos y Peña Ortiz o el Alto de la Cañada, todas ellas por encima de los 2100 metros de elevación.
Babia y Luna coincide territorialmente con el Espacio Protegido Red Natura 2000 “Valle de San Emiliano” y parcialmente con el LIC (Lugar de Interés Comunitario) “Montaña Central de León”. También comparte territorio con la Reserva de la Biosfera de Babia y la Reserva de la Biosfera de los Valles de Omaña y Luna. Esta casuística hace que mucha gente hable de varios parques naturales en León, cuando en realidad solo existe un ejemplo de esta figura de protección en la provincia.
El parque se sitúa en los términos municipales de San Emiliano, Sena de Luna, Los Barrios de Luna y Cabrillanes. Como espacio de especial relevancia natural destaca por su diversidad de vegetación y sus variaciones orográficas y litológicas. Estas características permiten una gran riqueza faunística, con especial interés por el oso pardo cantábrico.
Geología y relieve
El paisaje de este espacio natural está muy ligado a su elevada altitud, pues casi el 50 % de toda su extensión supera los 1500 metros de elevación. El parque natural de Babia y Luna cuenta con un sustrato geológico conformado por rocas calizas, areniscas y lutitas. Cada una de estas rocas es colonizada por especies vegetales diferentes y responde de manera muy desigual a la erosión.
A su diversidad en el tipo de rocas se suman otros elementos geológicos como fallas, movimientos de materiales y plegamientos que se suceden desde hace más de 500 millones de años, cuando se formó este ecosistema.
Desde hace unos 2 millones de años, y hasta hace 15 000 años, buena parte de este territorio estuvo cubierto por glaciares, lo que ha dado lugar al paisaje actual. Además, este se ha ido modelando por la acción de los ríos, la lluvia, la gravedad, los cambios de temperatura, la flora, la fauna y la actividad humana.
En resumen, Babia y Luna es un escenario geológico sorprendente que da lugar a una rica biodiversidad y a la realización de numerosas actividades humanas, como la ganadería o el disfrute mediante el turismo activo: rutas de senderismo, en bici, deportes de montaña…
Vegetación
Otro de los valores más reseñables de este parque natural es su vegetación. La localización al sur de la Cordillera Cantábrica y su orografía y litología favorecen una gran diversidad vegetal y la aparición de especies únicas en estas montañas.
Con indiferencia de si los terrenos sobre los que se asientan estas plantas son calizos o silíceos, la vegetación en Babia y Luna responde a un patrón altitudinal donde podemos distinguir la alta montaña, bosques, vegas frescas y las zonas más bajas.
En la alta montaña encontramos algunas especies endémicas, grandes pedreros, canchales y algunas zonas de pasto salpicadas allá donde el suelo permite su desarrollo.
Más abajo se asientan bosques de abedules y robles, algunos hayedos en las zonas de umbría, bosquetes de avellano en zonas frescas y el sabinar, este último considerado como una auténtica reliquia en la comarca de Luna.
Las vegas frescas son ocupadas por pastizales subalpinos, matorrales de enebro rastrero, brezos, piornos y aulagas.
Por último, en las zonas más bajas se alternan prados con muretes de piedra y setos vivos y bosques mixtos ribereños con sauces, fresnos, otros arbolillos y arbustos espinosos.
Fauna
El oso pardo cantábrico aparece esporádicamente en este territorio, lo que puede servir como vía de conexión entre las poblaciones de los núcleos oriental y occidental de la población cantábrica. Sin embargo, esta no es la especie emblemática del parque, ya que ese honor se lo lleva el rebeco, un ungulado de montaña perfectamente adaptado a la vida en los roquedos.
También genera mucho interés el apartado ornitológico en la región, con excelentes poblaciones de treparriscos, perdiz pardilla, acentor alpino, chova piquigualda, gorrión alpino y rapaces como el águila culebrera, el abejero europeo, el alimoche, el buitre leonado, el aguilucho pálido, el águila real o el halcón peregrino.
En los cursos de agua la gran protagonista es la trucha común, acompañada del mirlo acuático, la garza real, el ruiseñor bastardo, el chochín y la culebra de agua. Y en lagos y turberas aparecen el tritón palmeado y el tritón alpino, ambos compartiendo espacios con la rana bermeja y el sapo partero.
En el apartado de insectos merece la pena reseñar a mariposas, abejas, abejorros y escarabajos, que permiten también la presencia de lagartijas y lagartos. Estos a su vez, posibilitan que haya depredadores como comadrejas, zorros, gatos monteses y topillos.
3 rutas para conocer el parque natural de Babia y Luna
El atractivo del parque natural de Babia y Luna va más allá de su riqueza geológica o la flora y la fauna. De hecho, esto es solo la base a partir que ha permitido al ser humano aprovechar este territorio durante siglos y reconfigurar el espacio natural.
Sus características, junto con el aprovechamiento del hombre de este territorio durante siglos, son lo que han dado lugar a su relevancia como espacio natural. La presencia humana en Babia y Luna ha sido continua durante siglos.
En todo ese tiempo, los pobladores se han dedicado principalmente a la actividad ganadera y agrícola, y en menor medida también a la minería durante algunas décadas del siglo XX.
Actualmente, este territorio es toda una joya paisajística en León y un espacio único para disfrutar del turismo de naturaleza. Aquí van algunas de las rutas del parque natural de Babia y Luna.
Ruta de la Laguna de Las Verdes
La ruta de la Laguna de Las Verdes se inicia en Riolago, un pequeño pueblo perteneciente al municipio de San Emiliano.
Este paseo de alta montaña tiene un recorrido aproximado de 12,7 kilómetros y es de tipo lineal, es decir, el origen y el destino no están en el mismo punto.
Con un nivel medio de dificultad, la ruta presenta un desnivel de subida de 640 metros y uno de bajada de 150 metros. El trayecto se puede realizar durante todo el año salvo en los momentos de mucha nieve, ya que en tramo final puede haber pasos con hielo y neveros, sobre todo en invierno y a principios de primavera.
Tras salir de Riolago la ruta se adentra en el valle de Tremeo, con su perfil estrecho y aspecto escarpado. Después de recorrer un kilómetro, aparecen dos bifurcaciones y debemos tomar a la izquierda para seguir cogiendo altura. El siguiente tramo es muy acusado, pero es el que da lugar a las mejores vistas del entorno. A medida que nos acercamos a la cabecera del valle, quedan a la vista cumbres como Montihuero, la Peña los Años, Peña Chana y Chagüezo.
Este intervalo finaliza de manera repentina con la majada de Las Verdes, donde veremos dos chozos de pastores. Frente a los senderistas queda, en este punto, una morrena glaciar que no es fácil de superar. Tras pasar este obstáculo llegaremos a la laguna de las Verdes, que está incluida en el Catálogo Regional de Zonas Húmedas de Interés Especial de Castilla y León.
Como datos finales, la ascensión a la laguna de Las Verdes se inicia a unos 1300 metros y finaliza por encima de los 1700. En sus casi 13 kilómetros de distancia, los ocho primeros son prácticamente llanos o con subidas y bajadas más moderadas. En el tramo final es cuando se concentra la gran ascensión. Para finalizar este itinerario se necesitan al menos 4 horas.
Consigue toda la información y el track GPS en nuestro artículo Ruta de la Laguna de las Verdes.
Ruta a las fuentes del Sil
Otra opción para disfrutar del senderismo en el parque natural de Babia y Luna es la ruta a las fuentes del Sil. Este recorrido tiene su punto de partida en La Cueta de Babia, en el municipio de Cabrillanes. Es el pueblo más alto del parque natural y está situado a unos 1440 metros sobre el nivel del mar.
El itinerario total tiene una extensión de unos 11 kilómetros y es circular.
Prácticamente todo el recorrido discurre por verdes entre los pastizales del puerto, y en él podremos observar grandes rebaños de ovejas merinas.
La ruta presenta un desnivel de unos 590 metros y está calificada como un nivel de dificultad medio o alto. Para completar esta aventura se necesitan entre 3 y 4 horas.
Como recomendación, es preferible completar el paseo con previsión meteorológica favorable y evitando las épocas de nieve y de mucho calor.
En la senda los senderistas van bordeando las zonas de pasto de Cebolledo y ascienden hasta el chozo de Covalancha. En esta parte la pendiente es muy acusada, pero superado el tramo el desnivel se suaviza cuando la ruta cruza las laderas de Cuetalbo. En ese punto, ya cerca de la cabecera del valle, se abre una vega amplia rodeada de montañas donde destaca la pirámide de Peña Chana.
Desde ahí se inicia el descenso hacia la majada de Cuetalbo, situada entre los arroyos que dan nacimiento al río Sil, de ahí el nombre de la ruta. La vuelta al punto de partida es siempre siguiendo la margen izquierda del Sil hasta alcanzar el collado de la Cueña.
Desde ahí se observa el Valle de Tremeo y la laguna de Las Verdes. Finalmente, volvemos hasta la base de Peña Chana y a continuación el retorno por las praderas de Cebolledo y unos dos kilómetros hasta llegar a La Cueta.
Consigue toda la información y el track GPS en nuestro artículo Ruta a las fuentes del Sil.
Ruta de las brañas de Caldas
La tercera de las rutas en el parque natural de Babia y Luna es la que nos lleva hasta las brañas de Caldas. Se trata también de un recorrido de carácter circular y de baja dificultad con una distancia de unos 8,5 kilómetros. Eso sí, el tiempo mínimo para completar todo el itinerario no suele bajar de las 4 horas.
El punto de partida de este camino es Caldas de Luna, un pueblo perteneciente al municipio de Sena de Luna. Parte del balneario y atraviesa la autopista de León a Asturias pasando por el Fayeo, uno de los escasos ejemplos de hayedo en el parque natural.
A continuación cruza nuevamente la autopista, pero esta vez por debajo, cerca del túnel del Negrón, y allí comienza un pronunciado ascenso hasta las brañas de Lavén. El camino se abandona para tomar la vereda de La Sendina, que atraviesa un bosque de robles que nos encamina hasta Lavén.
En este punto el itinerario discurre entre los prados y cabañas de la braña. El tramo se deja atrás para contactar con una pista que lleva a La Divisa, donde encontramos un refugio y un corral para el ganado. Este es el punto más alto del recorrido, por encima de los 1500 metros. Desde aquí, se observan bonitas vistas panorámicas del límite entre las comarcas de Luna y Arbas.
La ruta continúa con el descenso hasta las cabañas de El Pandiello y un pequeño ascenso por el Paraje de Las Muesas. Aquí observamos algunos piornales que marcan el descenso pronunciado por pedrizas, matorrales y algunos robles. Pronto llegamos a Gameo donde se toma un camino hasta el túnel del Negrón y de ahí hasta Caldas, donde se completa el recorrido.
Consigue toda la información y el track GPS en nuestro artículo Ruta de las brañas de Caldas.
Ahora ya sabes un poco más sobre el parque natural de Babia y Luna. Este espacio protegido al norte de León es un extenso territorio con mucha biodiversidad y que reúne atractivos paisajísticos y etnográficos únicos en la provincia. Anímate a conocerlo a través del turismo activo, con estas u otras de sus muchas rutas de naturaleza al alcance de cualquier senderista.