El oriente de Asturias es un territorio que concentra innumerables atractivos naturales y paisajísticos y un amplio legado histórico. De hecho, en esta comarca se localizan algunos de los pueblos más bonitos de Asturias. Quédate con nosotros para descubrir los lugares imprescindibles en el oriente asturiano.
Los Picos de Europa: elige tu propia aventura
No hay duda: ante la pregunta de qué ver en la Asturias oriental, la primera respuesta es los Picos de Europa, que conforman el macizo montañoso más reconocible de la Cordillera Cantábrica. Se trata de una formación caliza que sirve de límite entre las comunidades de Asturias, León y Cantabria y alberga cimas superiores a los 2500 metros sobre el nivel del mar.
Lo más destacable de Picos de Europa es su amplia oferta de actividades de deporte de montaña y de aventura. Y otro aspecto muy interesante es su proximidad al mar, ya que el punto más cercano al litoral solo dista 15 kilómetros de la costa cantábrica.
Este espacio natural protegido fue el primer parque nacional declarado en toda España, en el año 1918. Es el escenario perfecto para los amantes de las actividades de naturaleza, que encuentran en él un sinfín de opciones de disfrute. Además, es el lugar de nacimiento de quesos tan conocidos como el Cabrales o el Gamoneu.
Cangas de Onís más allá de su puente romano
Cangas de Onís es la puerta al Parque Nacional Picos de Europa, Covadonga y sus famosos lagos. Además, fue la primera capital del antiguo Reino de Asturias, entre los años 718 y 774.
Aunque el pueblo es pequeño, su oferta de ocio es muy variada, ya que cuenta con una extensa oferta hotelera y gastronómica. Su monumento más reconocible es el Puente Romano del que pende una enorme Cruz de la Victoria.
En este punto podrás tomar algunas fotografías a modo de postal, o darte un baño en las aguas del Sella. Pero además, te recomendamos pasear por su centro histórico, embarcarte en alguna de las rutas de senderismo que atraviesan el concejo o conocer la Iglesia de la Asunción y la Ermita de la Santa Cruz.
El Santuario y los lagos de Covadonga: visita obligada en el oriente de Asturias
Otro destino imprescindible entre quienes no saben qué ver en el oriente asturiano. Covadonga fue el escenario donde se dice que Don Pelayo derrotó a los musulmanes en el siglo VIII.
En su honor se construyó la Santa Cueva, donde está su tumba y yacen algunos de sus familiares. Muy cercana a la Santa Cueva se localiza la Basílica de Covadonga, con la imponente estatua de Don Pelayo. El pueblo de Covadonga es también el acceso principal para llegar hasta los lagos: el Enol, la Ercina y el Bricial (este último de carácter temporal). Sus estampas están entre las más reconocibles en toda Asturias.
Eso sí, si vas a visitar los lagos de Covadonga te recomendamos que sigas las indicaciones de las autoridades, pues el acceso con vehículo privado está limitado por horas y por épocas del año. Y si eres más aventurero, también puedes subir andando o en bicicleta, son solo 12 kilómetros de uno de los puertos más emblemáticos de toda España.
Llanes y sus costas
Llanes demuestra que el oriente de Asturias es mucho más que montaña. Este concejo tiene en su capital (del mismo nombre) un pueblo marinero con un centro histórico de belleza asombrosa: edificaciones blasonadas, casas de indianos y arquitectura típica asturiana.
Por otra parte, la costa de Llanes es especialmente atractiva por sus playas, más de 30. Algunas de las más impactantes son la de Torimbia, la de Cuevas del Mar, la de Poó o la de Barro. De otra, la del Gulpiyuri, te hablaremos más adelante.
Junto con las playas no te puedes perder miradores como el de la Boriza o el de San Pedro. Y otro punto muy interesante es la Ría de Niembru, con la bellísima Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores y su cementerio anexo en una de las orillas.
Arriondas y el descenso del Sella
Del Sella ya te hemos hablado en su transcurso por Cangas de Onís. Pues bien, unos kilómetros aguas abajo nos encontramos con Arriondas, la capital del concejo de Parres. A los pies de la sierra del Sueve y muy cercano a Picos de Europa, este destino es perfecto para el turismo activo.
Bajo su puente comienza, el primer sábado de agosto, el famoso Descenso del Sella, que es una de las pruebas de piragüismo más famosas del mundo. Esta actividad forma parte de la Fiesta de las Piraguas, que tienen lugar tanto en Arriondas como en Ribadesella durante el fin de semana.
Fuera del descenso, que se puede completar durante todo el año, Arriondas es un bonito pueblo con una oferta hotelera muy amplia y que acoge a numerosas empresas de deporte activo con las que podrás disfrutar de muchas actividades en plena naturaleza.
Paseos y playas en Ribadesella
Y de Arriondas pasamos a Ribadesella, que además es concejo vecino de Cangas de Onís y de Llanes. En este pueblo finaliza el descenso del Sella, pero sus atractivos van más allá de su vinculación con el mundo de la piragua.
Si no sabes qué ver en Ribadesella, nuestra recomendación es clara. Ve apuntando la lista: conocer su centro histórico con edificios del siglo XVI; acercarte hasta la playa de Santa Marina, donde observarás algunos de los mejores ejemplos de arquitectura indiana de toda Asturias; o ascender hasta la ermita de Guía, que es uno de los símbolos más admirados de esta localidad.
Y atento, que en el camino hasta la ermita, si tomas por el Paseo de la Grúa, te encontrarás de lleno con la Ruta Histórica del Puerto, los Paneles de Mingote. El genial escritor y viñetista realizó seis mosaicos que revelan parte de la historia de este municipio. En este mismo paseo también aparecen paneles que describen a los principales personajes de la mitología asturiana.
Colunga y sus dinosaurios
No abandonamos la costa del oriente de Asturias, pero volvemos a la fusión entre litoral y montaña. Entre el Cantábrico y la Sierra del Sueve se sitúa Colunga, un concejo por el que pasaron hasta dinosaurios. Hace millones de años, los grandes animales que poblaban el planeta camparon a sus anchas por estas tierras, algo que hoy podemos conocer gracias a los restos en forma de icnitas.
Estas huellas también están presentes en Gijón, Villaviciosa y Ribadesella. La costa jurásica asturiana tiene como principal atractivo el Museo del Jurásico, que visitan cada año miles de personas y donde se organizan un sinfín de actividades didácticas para escolares.
Pero, más allá de la vinculación con los dinosaurios, en este concejo te invitamos a conocer las playas de La Griega, La Isla o la Espasa; el pueblo marinero de Lastres; la iglesia prerrománica de Santiago de Gobiendes; y la subida hasta el Mirador del Fito, otro de los más espectaculares de Asturias.
Los bufones de Pría: un lugar sorprendente en el oriente asturiano
Volvemos hasta Llanes para acercarnos hasta los Bufones de Pría. Los bufones son un fenómeno natural que se origina en la costa escarpada caliza como producto de la erosión del mar y la lluvia en la roca. Este proceso da lugar a grietas y chimeneas que conectan el mar con la tierra.
El intenso oleaje del Cantábrico en los acantilados genera la expulsión de aire comprimido en estas galerías, lo que da lugar a una salida de agua a presión muy elevada que produce chorros que alcanzan gran altura.
Los Bufones de Pría son los más impactantes en toda Asturias y están localizados en la localidad de Llames. Muy cerca de este atractivo punto se localiza una de las mejores áreas recreativas de Asturias, la de Guadamía.
Otras opciones para disfrutar de este fenómeno son los Bufones de Arenillas (en Vidiago), los de Santiuste (entre Buelna y La Franca) y el de Ballota (en Cué).
La Cuevona de Cuevas del Agua
Y desde Llanes vamos en dirección este y hacia el interior para llegar a uno de los puntos más sorprendentes de Ribadesella, la Cuevona de Cuevas del Agua, o Cueves. Este espacio no es más que una cueva, una cavidad natural, que se atraviesa por carretera y por la que pueden circular coches.
Se trata de la única vía de comunicación con el exterior del pequeño pueblo de Cueves, situado entre el río Sella y la montaña. La formación de esta cavidad se debe a la acción erosiva del arroyo de Cueves en el terreno calcáreo.
Hablamos de un túnel natural de unos 300 metros de longitud que se puede cruzar a pie, pero donde hay que tener mucho ojo, pues sigue siendo una carretera de tránsito. En la cueva podrás ver de primera mano formas precipitadas en la roca como estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas.
La playa secreta de Gulpiyuri
Para finalizar volvemos de nuevo a Llanes, y a otra de sus playas. La del Gulpiyuri es una de las más curiosas del oriente de Asturias, pues es una pequeña playa de interior, sin salida directa al mar. Está declarada como Monumento Natural y debe su formación a la acción erosiva del agua subterránea sobre la dolina kárstica en la que se encuentra.
Durante miles de años, el agua ha ido erosionando la piedra caliza bajo la tierra, de igual modo que ocurre en la Cuevona, hasta agrandarse tanto que conectó con el mar. El agua marina fluye a través de un túnel submarino hasta unos metros tierra adentro, creando esta increíble playa.
Gulpiyuri tiene una extensión de 40 metros de longitud y 50 metros de diámetro, por lo que no es un gran arenal. Además, para llegar hasta ella es recomendable usar calzado cómodo, pues el acceso es a través de un camino agrícola que discurre por campos de maíz, matorral y zonas con vegetación de costa.
El oriente de Asturias es un territorio que aúna historia, tradiciones, belleza paisajística y turismo activo. La mejor evidencia de que Asturias es un verdadero paraíso natural y un escenario en el que en pocos kilómetros lo tienes todo a mano: playa, montaña, buena gastronomía y suficiente oferta de alojamiento.